"El Tano Genaro", 1920's
Durante los primeros ocho años de mi vida, que transcurrieron en París, crecí escuchando los acordes del bandoneón que tocaba mi padre, Genaro Espósito. Él murió en febrero de 1944. Fué durante la segunda guerra mundial y eran tiempos muy difíciles. Me trasladé y pasé tres años en un orfanato aprendiendo un oficio. Poco a poco fuí perdiendo todos los recuerdos que tenía de mi padre, excepto porque conservaba dos fotos de él, muy arrugadas.
Fué muchos años más tarde, cuando hubo un resurgimiento del tango argentino, cuando el placer por bailarlo me llevó a conocer, fortuitamente, músicos e historiadores de esta danza, y pude apreciar y reconocer la importancia de mi padre en la historia del tango. Si yo no hubiera redescubierto esta danza, mi padre habría sido solamente un recuerdo para mí. Pero ahora, poseo formas tangibles de su existencia tales como sus grabaciones originales, fotografías, partituras musicales, diferentes testimonios de entrevistas con diferentes músicos
e historiadores del tango.
Fué muchos años más tarde, cuando hubo un resurgimiento del tango argentino, cuando el placer por bailarlo me llevó a conocer, fortuitamente, músicos e historiadores de esta danza, y pude apreciar y reconocer la importancia de mi padre en la historia del tango. Si yo no hubiera redescubierto esta danza, mi padre habría sido solamente un recuerdo para mí. Pero ahora, poseo formas tangibles de su existencia tales como sus grabaciones originales, fotografías, partituras musicales, diferentes testimonios de entrevistas con diferentes músicos
e historiadores del tango.
Genaro Espósito, fotografía impresa sobre la grabación de
Fotosonor
1935-36
En este esfuerzo, le estoy particularmente agradecido a Edouard Pecourt, uno de los grandes coleccionistas e historiadores del tango, gracias a quien obtuve fotos, partituras musicales, CDs y 78 registros musicales originales de mi padre. También fue él quien me ayudó en mi esforzada búsqueda para encontrar a la familia de mi medio-hermano, Teodoro Espósito, primer hijo de Genaro, mi padre.
Edouard Pecourt me presentó al Presidente de la Academia Nacional del Tango en Buenos Aires, el eminente Horacio Ferrer, poeta, escritor y libretista de la ópera "María de Buenos Aires".
Todo ello no habría ocurrido si no hubiera conocido a Linda Lee Thomas, renombrada pianista internacional. Fue en ocasión de ser invitado a una recepción ofrecida en su casa, en honor al famoso bandoneonista Néstor Marconi con quien Linda había tocado en el Teatro Orpheum, de Vancouver, Canadá, cuando conocí al doctor Bertram Levy, quien ya retirado, ahora dedica todo su tiempo a tocar el bandoneón, y quien me oriento sobre cómo llegar a Edouard Pecourt a quien pude conocer poco tiempo más tarde. Tuvimos una larga amistad que duro hasta su deceso. Desgraciadamente, Edouard falleció en el 2008.
Linda Lee Thomas, talentosa pianista de la Orquesta Sinfónica de Vancouver, Canadá, tomó la música de tango con mayor pasión a partir del concierto de Astor Piazzola en Vancouver en 1988. Su pasión por esta música ha igualado a su talento. Además, muy amablemente, Linda incluyó en su repertorio: “Nelly" un tango de mi padre, y lo hizo sonar aun más bello que a su original.
Mis amigos Lucio Grave y Elena Dopiro, me sugirieron la idea de crear un sitio en internet acerca de mi padre, Genaro Espósito y ambos pasaron incontables horas compilando la información para mí.
A todas estas personas les estoy y estaré eternamente agradecido.
Como bailarines de tango, la mayoría de nosotros admiramos esos increíbles artistas y renombrados maestros que viajan por todo el mundo, y que en su gran mayoría proceden de Argentina, la Meca del Tango, de Buenos Aires, ciudad natal de este baile singular. Pero nunca me deja de sorprender lo poco que sabemos de su historia, sus músicos, o de cómo se desarrolló.
Mucho se ha escrito sobre tango, pero poco se ha retenido y menos aún entendido. Muchos bailarines profesionales sólo poseen un conocimiento superficial de su historia, el camino recorrido desde el sonido primitivo de las primeras orquestas hasta la edad de oro del tango o de la calidad de la música especial de Astor Piazzolla.
Por ello, me gustaría presentarles a un músico de la infancia muy temprana del tango, la denominada "Guardia Vieja", alguien a quien conocí bien: mi padre, Genaro Espósito y su orquesta "El Tano Genaro".