El 15 de agosto de 1920, nuestros dos músicos argentinos -
Manuel Pizarro y Genaro Espósito - más el francés Víctor Jachia abordaron el trasatlántico Garona y navegaron desde el puerto de Buenos Aires rumbo a lo desconocido, y su destino. Por desgracia, Víctor Jachia, se enfermó, con una enfermedad no revelada y murió antes de llegar a Marsella. No era un buen comienzo para su aventura.
El contrato que firmaron con el empresario francés fue para tocar durante una temporada en el Club Tabarís, situado en la Rue de la Canebière, en Marsella, Francia. Cada músico debía recibir 50 francos por día. Pensaban que habían ganado la lotería! Pero pronto se dieron cuenta de que, en la moneda de 1920, eran apenas 4 dólares al día! Un músico francés les dijo que ni siquiera podían alimentarse con ese sueldo!
Primera orquesta en Paris, 1921 (Escrito en la foto: La única y verdadera
ORQUESTRA ARGENTINA EN PARIS Dirigida por los famosos
Compositores Bandoneonistas Genaro ESPOSITO y Manuel PIZARRO)
ORQUESTRA ARGENTINA EN PARIS Dirigida por los famosos
Compositores Bandoneonistas Genaro ESPOSITO y Manuel PIZARRO)
Deprimidos por la muerte de su amigo y el mal contrato en el que se habían metido, decidieron salir de esta difícil situación. Según Pizarro, le aconsejó a Espósito permanecer en Marsella y esperar, mientras que él tendría que viajar a París para ver qué podían hacer. Allí, se reunió con el bandoneonista argentino Güerino Filipotto y con el guitarrista y pianista, Celestino Ferrer, quienes se encontraban en Francia desde 1913. Poco después, Genaro Espósito también salió de Marsella para reunirse con Pizarro, y con el violinista Pepe Sciuto, quienes fueron contratados por el empresario francés, Monsieur Volterra, con cierta reticencia de su parte para tocar en el cabaret "Princesse" junto con algunos músicos franceses.
Este grupo se conocería con el nombre de “Orquesta Genaro-Pizarro”. Fué un comienzo muy exitoso. Pero luego del suceso tuvieron algunas dificultades ya que deberían vestirse con trajes de opereta gauchesca porque a los músicos extranjeros el sindicato francés no se les permitía actuar en Francia a menos que fueran un grupo folclórico! Fue una manera de los sindicatos de músicos franceses para controlar quién podía tocar y quién no. De cualquier modo, este falso vestido de gaucho tuvo su atractivo, y el tango era muy, muy popular en Francia y otros países de Europa, especialmente después de la matanza de la Primera Guerra Mundial. Las multitudes europeas estaban totalmente embriagadas por un frenesí de placeres; eran “Los locos años 20” (La Belle Époque”) y el tango era parte de ello.
El 24 de junio de 1921, una publicidad anuncia por cartelera la misma orquesta en el "Pavillon Dauphine" en los Bosques de Boloña (Bois de Boulogne), una parte muy exclusiva de París.
El 24 de junio de 1921, una publicidad anuncia por cartelera la misma orquesta en el "Pavillon Dauphine" en los Bosques de Boloña (Bois de Boulogne), una parte muy exclusiva de París.
El Tano Genaro en “La Coupole”, Montparnasse, Paris 1930 -1932
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En 1922, Pizarro tuvo que regresar por un tiempo a la Argentina. Desde ese momento, Genaro Espósito siguió solo con su carrera en Europa bajo el nombre de "Orquesta Argentina Genaro Espósito", conocido como El Tano Genaro. Comenzó con dos bandoneones, dos violines, piano, guitarra y contrabajo. Su primera actuación la realiza en el club "Abbaye" en el barrio Pigalle y más tarde en los principales cabarets de aquel tiempo en París, como "L'Hermitage", "Club Apolo" y también "Club Daunou" en los Campos Elíseos.
El Tano Genaro en “La Coupole”, Montparnasse, Paris 1930 -1932
En 1929 Genaro actuó al realizarse la inauguración de “La Coupole” en Montparnasse, un lugar bailable que se convertiría en legendario y que existe hasta hoy. Esto sucede al mismo tiempo del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Durante los meses del verano, se fué de gira con la orquesta a los balnearios de moda de Francia e Italia, así como de Bélgica, donde actuaron en "El Palacio" de Bruselas y “El Kursaal” de Ostende.
En 1934, su célebre orquesta consiguió integrar a los talentosos García como segundo bandoneón, Miguel Tellería al piano, dos violinistas, Krik y Carpentier - y LePoutre en contrabajo. Como cantantes, el argentino, Juancito Giliberti y el francés Merel. Además de su trabajo regular en La Coupole, grabó para las compañías discográficas Columbia, Gramófono, Fotosonor y Decca.
La Coupole, Montparnasse, Paris
Mi padre y mi madre en 1934
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Fué en esa misma época cuando mi padre Genaro Espósito se conoció con la joven mujer que iba a convertirse en mi madre - Jeanne Vent - quien lamentablemente falleció antes de yo alcanzara mi primer cumpleaños. Puedo imaginar el drama que mi padre tuvo que vivir - su joven esposa fallecida a los 36 años, un bebé de 11 meses entre sus brazos y su trabajo nocturno en “La Coupole”. Pero con su resistencia de “Porteño”, para quien la vida siempre le reservaba alguna sorpresa, pudo superar este difícil período de su vida. Él contrató una institutriz para mí y continúo su vida, quizá nunca la misma después de lo sucedido. |
El famoso pianista, director y compositor, Juan Carlos Cobián, en el cenit de su carrera artística, viajó a Europa en unas largas vacaciones. Después de visitar museos y sitios históricos, regresó a París para la Exposición Internacional de 1937. La Argentina estuvo representada en un lujoso restaurante flotante, una barcaza amarrada cerca del puente Alexandre III y decorada por un arquitecto argentino de renombre. En ella, Pizarro y su orquesta estaban tocando para la ocasión y Cobián fue invitado a dar un concierto de música Argentina. Incluía una pieza de López Buchardo "El Carretero", un arreglo sobre la tropilla de Santiago Rocca, su gran éxito “Nostalgias”, “Lamento Pampeano” y por supuesto “La Cumparsita”.
El Tano Genaro en “La Coupole”, Montparnasse, Paris 1930 -1932
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Una noche Cobián se dirigió al famoso club de baile “La Coupole”, donde su amigo de los humildes comienzos del tango, Genaro Espósito, estaba tocando. Al verlo a Genaro tocando su bandoneón, su corazón comenzó a latir rápidamente y todo su pasado debe haber regresado a su mente a una velocidad vertiginosa. Cobián y su esposa fueron a sentarse en un lugar un poco escondido desde el cual ellos podían verlo todo pero a su vez ellos no podían ser vistos desde el escenario. Se hizo pasar por un importante empresario italiano y le pidió al encargado de la sala que lo trajera a Genaro a su mesa, durante el cambio de orquesta. Cobián quería sorprender a su viejo amigo. Genaro se aproximó a la mesa señalada sin titubear. Al comienzo no reconoció al elegante individuo ya que hacía más de veinte años que no veía. El famoso empresario invito a Genaro a su mesa luego de tenderle la mano ceremoniosamente y presentarle a su esposa, a quien Genaro rindió los debidos homenajes. Seguido de la presentación Cobián simuló que le estaba ofreciendo un contrato a Genaro para que se desempeñara como músico en uno de sus clubes en Italia durante algunos meses.
Después de un rato, la voz de Cobián le recordó a Espósito una voz de su pasado, y como la conversación continuó, esto se hizo más claro. Genaro exclamó:_ " ¡Pero sos vos, Cobián!" mientras aún incrédulo, Genaro se ponía de pie. Cobián comenzó a reír escandalosamente y los dos viejos amigos se fundieron en un cálido abrazo, con lágrimas en los ojos.
Recordaron mutuamente los heroicos y bohemios tiempos de cuando tocaban junto con Zambonini y su amigo mutuo, el extravagante Arolas, en las diferentes cafeterías y sombríos bares del barrio La Boca. Pero para ese entonces, Eduardo Arolas se encontraba en su último lugar de descanso, el cementerio de Saint-Ouen en París, adonde Juan Carlos Cobián y Genaro Espósito juntos llevaron al día siguiente, flores a la tumba de su viejo amigo.
Después de un rato, la voz de Cobián le recordó a Espósito una voz de su pasado, y como la conversación continuó, esto se hizo más claro. Genaro exclamó:_ " ¡Pero sos vos, Cobián!" mientras aún incrédulo, Genaro se ponía de pie. Cobián comenzó a reír escandalosamente y los dos viejos amigos se fundieron en un cálido abrazo, con lágrimas en los ojos.
Recordaron mutuamente los heroicos y bohemios tiempos de cuando tocaban junto con Zambonini y su amigo mutuo, el extravagante Arolas, en las diferentes cafeterías y sombríos bares del barrio La Boca. Pero para ese entonces, Eduardo Arolas se encontraba en su último lugar de descanso, el cementerio de Saint-Ouen en París, adonde Juan Carlos Cobián y Genaro Espósito juntos llevaron al día siguiente, flores a la tumba de su viejo amigo.
El Tano Genaro con el cantor Doddy Combes (del night-club Bagatelle París) en una gira del verano de 1939 en el Club Palm Beach de Cannes.
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Cobián, antes de regresar a Buenos Aires, le dijo a Genaro que le gustaría quedarse en París, donde el tango hacia furor. Sin duda se sentía atraído por la atmosfera vibrante de Paris, “la ciudad luz” y las atracciones que ofrecia. Por otra parte, al Tano Genaro le entusiasmaba la idea de tener a Juan Carlos Cobián con él como el director de su orquesta “Tano Genaro”. (12) Pero, tal como lo mostró el giro de los acontecimientos, fué una buena decisión de Cobián la de volver a Buenos Aires porque los sonidos de alerta del conflicto que estaba por llegar comenzaron a extenderse insidiosamente sobre la loca imprudencia y vivacidad del París de 1937. |
Los ruidos de la guerra no fueron en vano. Después de la anexión de Austria, y la invasión de Checoslovaquia en 1938, Polonia a su vez estaría agobiada y desgarrada por Hitler y Stalin, los criminales más grandes del siglo XX. Ahora, sin embargo, Inglaterra y Francia tenían que cumplir su tratado de defensa con Polonia y ese sería el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Genaro Espósito se encontraba de gira por la Riviera Francesa cuando la orden de movilización del general surgió.
Volvió a París en el curso del mes de septiembre. Antes de ello, su hijo Teodoro, mi hermanastro, le rogaba que volviera a la Argentina, pero mi padre, quien ya había obtenido la nacionalidad francesa, estaba demasiado enamorado de París. Y, como todo el mundo en esa época, no creyó que Francia seria vencida, invadida y ocupada por los Alemanes! Lo que ocurriría el año siguiente.
La mayoría de los clubes nocturnos fueron cerrados. Genaro estaba sin trabajo. Sus ahorros se iban reduciendo a casi nada. Tuvo que recurrir a la venta de su piano, joyería, plata - todo lo que podía permitirle comprar lo esencial: alimentos. En el verano de 1943, que se vio limitado a tocar el bandoneón en los “Bateaux mouches” de París, embarcaciones para turistas que navegaban por el rio Sena, para los alemanes que estaban de vacaciones desde el frente ruso. Se le pagaba con propinas o con restos de los alimentos servidos previamente a los soldados alemanes.
A finales de ese mismo año, un grupo de artistas y músicos hambrientos decidieron organizar una gira por las ciudades del sur de Francia. Partió a finales de noviembre de 1943 y no se volvió a escuchar más de él hasta la primera semana de enero de 1944 cuando llegó un telegrama que decía: "Estoy muy enfermo. Debo interrumpir el tour".
Unos días más tarde, sonó el timbre. Cuando abrí la puerta, yo apenas podía reconocer que era mi padre la persona que se encontraba frente a mí y que tanto había cambiado. Alrededor de sus hombros se encontraban atados sus dos bandoneones. Su barba canosa tenía varios días de crecimiento y apenas podía sostenerse de pie. Este recuerdo, realmente, nunca me dejó. Lo acostaron en la cama enseguida, estaba delirando por la fiebre. Después de unos pocos días, tuvo que ir al hospital. Fue diagnosticado con neumonía, agravada por enfisema y lo pusieron en carpa de oxígeno.
Después de cinco o seis días, parecía haber mejorado pero el 24 de enero de 1944 falleció en el hospital Broussais de París. Un considerable número de personas asistieron a su funeral, entre ellos la mayoría eran artistas y también muchas personas que no conocíamos. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de Thiais, en un barrio del sur de París, por el resto de la eternidad, donde se reuniría con mi madre.
Genaro Espósito se encontraba de gira por la Riviera Francesa cuando la orden de movilización del general surgió.
Volvió a París en el curso del mes de septiembre. Antes de ello, su hijo Teodoro, mi hermanastro, le rogaba que volviera a la Argentina, pero mi padre, quien ya había obtenido la nacionalidad francesa, estaba demasiado enamorado de París. Y, como todo el mundo en esa época, no creyó que Francia seria vencida, invadida y ocupada por los Alemanes! Lo que ocurriría el año siguiente.
La mayoría de los clubes nocturnos fueron cerrados. Genaro estaba sin trabajo. Sus ahorros se iban reduciendo a casi nada. Tuvo que recurrir a la venta de su piano, joyería, plata - todo lo que podía permitirle comprar lo esencial: alimentos. En el verano de 1943, que se vio limitado a tocar el bandoneón en los “Bateaux mouches” de París, embarcaciones para turistas que navegaban por el rio Sena, para los alemanes que estaban de vacaciones desde el frente ruso. Se le pagaba con propinas o con restos de los alimentos servidos previamente a los soldados alemanes.
A finales de ese mismo año, un grupo de artistas y músicos hambrientos decidieron organizar una gira por las ciudades del sur de Francia. Partió a finales de noviembre de 1943 y no se volvió a escuchar más de él hasta la primera semana de enero de 1944 cuando llegó un telegrama que decía: "Estoy muy enfermo. Debo interrumpir el tour".
Unos días más tarde, sonó el timbre. Cuando abrí la puerta, yo apenas podía reconocer que era mi padre la persona que se encontraba frente a mí y que tanto había cambiado. Alrededor de sus hombros se encontraban atados sus dos bandoneones. Su barba canosa tenía varios días de crecimiento y apenas podía sostenerse de pie. Este recuerdo, realmente, nunca me dejó. Lo acostaron en la cama enseguida, estaba delirando por la fiebre. Después de unos pocos días, tuvo que ir al hospital. Fue diagnosticado con neumonía, agravada por enfisema y lo pusieron en carpa de oxígeno.
Después de cinco o seis días, parecía haber mejorado pero el 24 de enero de 1944 falleció en el hospital Broussais de París. Un considerable número de personas asistieron a su funeral, entre ellos la mayoría eran artistas y también muchas personas que no conocíamos. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de Thiais, en un barrio del sur de París, por el resto de la eternidad, donde se reuniría con mi madre.